No todo es malo: el Black Friday también puede ayudarte a ahorrar, siempre que lo aproveches para tus compras planificadas y no para los impulsos.

El truco está en organizarte y en conocer cómo aprovechar los beneficios que ya tienes a tu alcance.

Las temporadas de descuentos —como el Black Friday— que se mantienen usualmente durante todo el mes de noviembre, pueden ser de gran alcance si las enfrentas con estrategia, que dará como resultado un ahorro significativo, además de adelantar compras que realmente necesitas. 

Piensa en el descuento como una oportunidad de comprar con estrategia:

  • Prioriza lo duradero. Electrodomésticos, laptops, artículos de trabajo o estudio son buenas inversiones si ya los tenías planificado como algo que necesitabas o querías comprar.
  • Adelanta lo inevitable. Los útiles escolares del próximo año, los regalos de Navidad o incluso productos de uso frecuente pueden costarte menos si los compras en esta época, aunque le vayas a dar uso más adelante.
  • Compara precios antes. Muchas tiendas publican “descuentos” sobre precios inflados. Revisa páginas y apps que muestran historial de precios y valida que realmente estás ahorrando.
  • Pon un límite. Define tu presupuesto máximo y respétalo, aunque veas la “oferta del siglo”.
  • Entiende el rol de la tarjeta de crédito. Puede ser tu aliada en ofertas inteligentes, multiplicando tus beneficios en temporadas de ofertas.
  • Revisa las promociones exclusivas. Muchos productos financieros ofrecen descuentos adicionales, programas de puntos o meses sin intereses para ciertas categorías de compra.
  • Infórmate sobre las condiciones de las promociones antes de pagar, confirma las fechas de vigencia de la promoción, los comercios participantes y los requisitos para aplicar.
  • Aprovecha los plazos de gracia. Si utilizas la tarjeta con planificación, puedes diferir tus compras sin intereses y organizar mejor tus pagos.
  • Evita sobreendeudarte: Que la tarjeta de crédito sea un medio de pago no significa que tu presupuesto aumente. Úsala con disciplina, ajustándote siempre al monto que ya tenías planificado gastar.

Las ofertas son una oportunidad de ahorro, no una excusa para gastar de más. La clave está en tener una lista de necesidades, tu presupuesto y el buen uso de tus productos financieros.

El descuento y las ofertas sí valen cuando te acerca a tus metas financieras, no cuando te aleja de ellas.