Prevenir es cuidar tu salud y tus finanzas

Prevenir es tomar precauciones o medidas por adelantado para evitar un daño, un riesgo o un peligro. Las eventualidades pasan y no siempre es posible prever lo giros inesperados que da la vida que pueden cambiar todo, como una enfermedad o quedarse sin trabajo. Lo mejor que podemos hacer es crear un plan que sirva para afrontar esas situaciones inesperadas. En este artículo exploraremos como esa actitud de prevención, puede generar cambios positivos en tu vida, especialmente en tu salud y tus finanzas.

Cuidar de tu salud es primordial, hay muchas formas de hacerlo como adoptar hábitos saludables y contar con un seguro médico. Otra forma que puede ayudarte es programar chequeos preventivos para descartar enfermedades como el cáncer de mama, la detección temprana de esta enfermedad es crucial porque aumenta las posibilidades de acceder a tratamientos e incluso curarlo, además se reduce la posibilidad de que el cáncer se propague.

La prevención aquí no solo es vital para la salud, sino también para la estabilidad financiera, ya que los costos médicos suelen ser muy elevados, y contar con un seguro de salud adecuado es una forma de previsión financiera clave, porque proteges tus finanzas de gastos médicos inesperados, lo que significa que puedes concentrarte en tu recuperación en lugar de preocuparte por facturas médicas.

Velar por tu salud financiera es igual de importante, porque con una planificación adecuada, puede ayudarte a enfrentar cualquier desafío con confianza, además de que esta es la clave para un futuro financiero seguro. Tener un presupuesto te ayuda a controlar tus gastos y a ahorrar para crear un fondo de emergencia, el cual puede servir para cubrir gastos inesperados, como tratamientos médicos, reparaciones en el hogar o pérdida de empleo, lo ideal es que sea al menos tres a seis meses de tus gastos básicos.

Tener una actitud o pensamiento de prevención puede hacer una gran diferencia en tu vida, porque saber que puedes afrontar cualquier eventualidad da un sentido de tranquilidad. El primer paso para lograr esto es tener tus finanzas organizadas, es decir, contar con un presupuesto y un fondo de emergencia. También empezar a tener hábitos saludables y programar chequeos preventivos de salud.